por Virginia Ronconi
Para todos aquellos que quieren disfrutar de la noche acompañados de buenos tragos y de la compañía de amigos o de parejas, qué mejor sitio que este increíble bar, el cual se inicia con una historia muy diferente que la actual.
Nace en 1930 como una farmacia, de la mano del boticario Salvador Cortés. Este caballero acostumbraba a viajar por diferentes sitios, especialmente por Marruecos, en busca de la cura para las dolencias de sus pacientes.
Dentro del antiguo local realizaba “macerados elaborados con hierbas aromáticas y las dejaba reposar un largo tiempo. Estos descansaban en una vitrina hasta llegar a su punto .
Con el tiempo, la farmacia y los macerados que se elaboraban empezaron a ser famosos.
Tiempo después el local se vendió y se transformó en un bar tal como hoy lo conocemos. Allí se pueden degustar extravagantes tragos. Uno de ellos es muy renombrado y se conoce como “Penicilina Ahumada”. Está elaborado con whisky escocés, jengibre y jugo de limón, y un toque final de ahumado. Los detalles son un secreto bien guardado de su elaboración que el encargado y administrador Alex conserva como una reliquia.
El bar se encuentra en la calle Honduras 5207 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Debido a la pandemia , hoy se otorgan turnos para concurrir al bar Sábados y Domingos de 13 horas a 19 horas.
